Hace unos días os comenté mis razones para trabajar en remoto. Para trabajar de esta forma es bueno que tanto tú como tu equipo sigáis unas buenas prácticas. He recopilado algunas que creo importantes y que algunas ya estoy aplicando en mi día a día y otras quiero ir añadiéndolas. Estas buenas prácticas no solo son necesarias si cada integrante del equipo está en su casa, si no cuando trabajamos con compañeros en otras oficinas, o incluso zonas separadas en la misma empresa.
Hay que tener un buen canal de comunicación y saberlo usar. Si hay conversaciones o información entre personas que estén físicamente juntas hay que informar a los que estén en remoto. Es importante que haya este canal, pero hay que tener cuidado de que haya demasiados y diferentes canales que sean usados de manera irresponsable, transmitiendo un mensaje importante por un canal por donde solo se debería mensajes más superfluos. De esta forma el mensaje se puede perder y no tener claro por donde transmitirlo y por donde escucharlo. Y otra cosa importante relacionada con la comunicación es entender que debe de ser lo más asíncrona posible y que solo en momentos necesarios se necesite una respuesta rápida o una charla más profunda e inmediata.
Al estar separados físicamente es importante tener una pequeña reunión de 10–15 minutos al principio de la jornada para que todos los integrantes del equipo sepan en qué punto están, en que van a trabajar y que problemas y necesidades tienen. Esto no solo sirve para evitar confusiones o duplicidades en las tareas, si no que nos ayuda a hacer más equipo, a no aislarnos y sentirnos unidos en el trabajo que tenemos que realizar.
Es importante que todo el equipo sepa en que estado estás, si estás trabajando en ese momento, si te has ido a comer, si tienes cita con el médico o has ido al gimnasio. De esta forma tu equipo sabrá si puede contar con tu ayuda o estás ausente. No hay que tener ningún problema en decir que haces, todos debemos ser responsables de nuestro trabajo y confiar en que todos estamos haciendo las tareas que nos corresponde.
Como ya vimos en el artículo anterior una de las excusas para no trabajar en remoto eran fácilmente solucionables con la tecnología. Antes era mucho más complicado trabajar en remoto porque la tecnología no acompañaba, las conexiones a internet eran lentas y no había las herramientas adecuadas. Hoy en día tenemos de todo a nuestro alcance para organizar el trabajo del equipo (jira, confluence, trello, basecamp), tener reuniones donde vernos las caras, compartir nuestro código, nuestra pantalla (skype, webex, appear.in) y para compartir archivos o documentos (dropbox, drive).
Una de las partes más importantes es evitar bloqueos en nuestro trabajo y en el de nuestros compañeros, así que hace falta tener una planificación clara del trabajo que tenemos que realizar en cada jornada antes de empezar (de ahí la importancia del daily). A veces, ni con esta planificación se puede evitar que haya algún bloqueo, así que es bastante recomendable coincidir al menos cuatro horas todo el equipo, y el resto de la jornada que cada uno elija el momento en el que sea más productivo.
Al no vernos las caras a diario es importante que hable nuestro trabajo y que nuestros compañeros estén informados de lo que hacemos y nos valoren por ello. Tenemos que hacer notar nuestra presencia de la mejor forma, comentar los commits de nuestros compañeros, hacer code reviews e incluso de vez en cuando hacer pair programming para solucionar algún problema complejo y aprender y mejorar de forma contínua.
Algo de lo que ya he hablado en algún punto anterior de forma directa o indirecta es la importancia de hacer equipo. Una idea bastante buena que encontré en el libro Remote es tener una “fuente de agua”. Cuando estamos en la oficina muchas veces vamos a la fuente del agua/máquina de café/cocina y nos encontramos a algún compañero con el que tenemos una charla informal de cualquier tema, del partido del fútbol del fin de semana, de tus hijos (los padres somos muy pesados con este tema) o de las ganas que tienes de unas vacaciones. Esto lo podemos hacer en remoto creando un grupo/chat donde poder compartir cosas más superfluas con nuestros compañeros y sobre todo usarlo. Enviar el último gif gracioso, comentar la noticia del día, cualquier tema es bueno para cuando queramos despejar un poco la mente del trabajo diario.
Pese a trabajar en remoto a veces nos gusta tener contacto humano con nuestros compañeros y es algo que puede ayudar a mejorar las capacidades del equipo. Y es importante hacer de estas reuniones algo especial y que a todo el mundo le apetezca y le atraiga. Por supuesto, esto no debe ser algo impuesto y obligatorio ya que lo convertiría en una reunión más, y no es necesario que sea algo espectacular como un viaje al Caribe o ir a hacer parapente, con tomar unas cervezas y unas tapas todos juntos es más que suficiente. Seguro que hay muchas más prácticas que se me escapan o que tendría mejorar, ¿cuales son las tuyas?