¿Por qué trabajo en remoto?

Desde hace algunos meses ha cambiado mi forma de trabajar, de la forma clásica de ir a diario a la oficina y quedarme algún día en remoto (o el típico “¡los miércoles teletrabajo!”) a quedarme trabajando en remoto e ir a la oficina en casos muy puntuales y necesarios. Es lo llamado remote first y cada vez es una práctica más extendida en ciertos ámbitos como puede ser el desarrollo de software gracias a los avances de la tecnología y la facilidad que tenemos para desarrollar nuestro trabajo en cualquier sitio con las únicas herramientas de un portátil y una conexión a internet.

Soy muy defensor de esta práctica y recientemente me he terminado un buen libro sobre este tema llamado Remote, escrito por los cofundadores de 37signals.com. Es una empresa donde todos sus trabajadores están en remoto (total o parcialmente), y pese a que este libro está escrito en el año 2014 es aún más válido hoy en día. Muchas de las ideas que exponen son cosas que ya rondaban por la cabeza y que ponía en práctica, pero reconforta mucho ver que uno no está loco por pensar de esta forma y que funciona en el mundo real.

Quiero comentaros algunos miedos que puede haber con esta forma de trabajar, las ventajas que conlleva y las buenas prácticas necesarias para que todo salga lo mejor posible. Gracias a este libro he podido poner mis ideas en orden y aquí quiero contaros desde mi perspectiva como poder llevarlo a cabo.

Mis razones

Lo primero que tenemos que preguntarnos es qué razones habría para trabajar en remoto. A nivel personal tenía éstas:

  • Ahorrar tiempo en desplazamientos. Me ponía muy nervioso tirarme una hora metido en mi coche, rodeado de otros muchos coches con gente cabreada, todos saliendo a la misma hora de camino a los mismos sitios, para llegar a la oficina, sentarme en mi sitio con una silla que no se adapta a mis problemas de espalda, sacar mi macbook de la mochila para conectarlo a un monitor más pequeño de lo que me gustaría y conectarme a una conexión a internet similar a la que tengo en casa. Ese viaje en coche (o en transporte público), además de la perdida de tiempo, conlleva mucho estrés y empezar mal el día. Trabajando en remoto puedo utilizar este tiempo para trabajar, teniendo la oportunidad de desayunar sin las prisas de salir antes de que el atasco sea aún mayor, teniendo el tiempo suficiente para ducharte y prepararte con tranquilidad (luego veremos que es importante no trabajar en pijama, al menos en mi opinión) y, en definitiva, empezar el día con ganas y no con desesperación.
  • Interrupciones everywhere. Seguro que conocéis a mucha gente que intenta llegar antes que nadie a la oficina para tener una o dos horas en solitario y avanzar lo máximo posible (yo solía hacer esto), o se quedan cuando ya se han ido todos por la misma razón. En la oficina suele haber mil interrupciones, muchas de ellas innecesarias, con la excusa de que ya que te tienen al lado pueden “asaltarte” en cualquier momento. Suelen surgir las reuniones por cualquier razón, tu jefe puede venir varias veces para que le expliques como va tu trabajo (ese trabajo que no te está dejando hacer), aviso de tus compañeros para ir a desayunar justo en el momento que más productivo estás siendo y mucho más. Cuando estás en remoto las reuniones conllevan más preparación técnica y no es tan fácil como ir a tu sitio y meterte en una sala, con lo que muchas de esos encuentros se cambiarán por un mail o un mensaje, ya que realmente no eran tan importante como para hacer perder una hora a unos pocos de trabajadores. En casa nadie te molesta si tú no quieres, puedes ser eficiente y elegir cuando estás abierto a interrupciones.
  • Conciliación familiar. Seguro que este concepto lo hemos escuchado mil veces, la famosa y necesaria conciliación familiar que muchas empresas lo arreglan dando un margen de entrada y otro de salida. Ésta es una de las razones más importantes para mi para trabajar en remoto, sobre todo desde que soy padre. El lujo de llevar a mi hijo al colegio por la mañana, de recogerle por la tarde, de estar disponible si tiene cualquier problema, si se pone malo, si hay que llevarlo al médico, de estar en su vida a diario y no solo verle unos minutos antes de que se vaya a dormir, todo eso es algo que tiene un valor incalculable y que, sin perder nada de eficiencia en mi trabajo, puedo hacer ahora sin problemas. Y muchas cosas más, si tengo médico no afecta tampoco a mi trabajo, cualquier gestión que solo se puede hacer por la mañana tampoco conlleva ausentarme de la oficina durante un tiempo o mil situaciones más que se nos puede ocurrir.
  • Autogestión de mi tiempo. Este punto es casi un resumen de los puntos anteriores. Al trabajar en remoto no me tengo que ceñir a un horario estricto de oficina. Como hemos visto antes no tengo que coger mi coche y meterme en un atasco a las 7 de la mañana, si no que puedo empezar a trabajar cuando mi rendimiento sea mayor. En mi caso, de hecho, es incluso más temprano cuando me siento más productivo. Otros quizás sean más productivos por la noche, y de esta forma lo pueden aprovechar sin problemas. Esta gestión del tiempo nos permite esa conciliación familiar que veíamos en el punto anterior, el poder ir a hacer deporte o al gimnasio para estar un poco más en forma, el poder cocinar y comer más sano y tener una mayor calidad de vida sin que nuestro trabajo se vea perjudicado. Es importante saber trabajar de forma asíncrona con tus compañeros, pero siempre es recomendable coincidir un número de horas con ellos para evitar cualquier bloqueo.

¿Qué excusas existen para pensar que es una mala idea?

No todo el mundo está de acuerdo con esta práctica y siempre surgirán mil excusas para afirmar que no se puede trabajar de esta forma, ya sea la empresa para la que trabajes, tu jefe, tus compañeros e incluso tú mismo.

Algunas que he oído, leído e incluso me he planteado yo mismo son las siguientes:

  • Trabajo en equipo. Creemos que si no estamos juntos no somos un equipo, no funcionamos como un equipo y las ideas no surgirán como cuando estamos físicamente juntos. Pensar así es un error, con la tecnología que tenemos hoy en día estamos a un click de poder estar hablando y viendo al resto del equipo y estar continuamente comunicados por chat/email/mensajería. Con todas estas herramientas podemos incluso compartir nuestro escritorio para que todo el equipo vea lo que estamos viendo, no existiendo ninguna diferencia con estar sentados el uno al lado del otro. El equipo no lo hace estar en un mismo espacio físico si no las personas y la buena comunicación entre ellas.
  • Si no le veo, ¿estará trabajando? Esto es lo que pueden pensar muchos jefes, tener miedo a que tus trabajadores no estén trabajando sin vigilancia, como si fueran niños pequeños cuando no está la profe en clase. Si algún jefe te niega el trabajo en remoto por esta causa es un buen indicativo para saber que no confía en ti y en tu trabajo y quizás es hora de plantearse un cambio. Si tienes duda de que alguien trabaje cuando no le miras es más un problema de la contratación de esa persona que del trabajo en remoto. Muchas veces los jefes tienen una sensación de pérdida de control con esta práctica, pero seguro que en cuanto vea que la eficiencia y la productividad crecen esa sensación desaparecerá.
  • En casa hay muchas distracciones. En casa tenemos la televisión, la videoconsola, quizás una lavadora que poner, una chapuza que hacer. Muchas distracciones. Pero realmente nada de esto nos distraerá si estamos motivados con nuestro trabajo y sabemos separar los tiempos para cada cosa. Es importante tener tu espacio de trabajo, saber y ser consciente de que cuando estás en ese sitio estás trabajando y tener una buena organización de tus tareas, objetivos y tiempos. Además, como hemos visto en la oficina también tenemos distracciones y muchas de ellas no depende de nosotros para evitarlas.
  • Si otros no lo hacen … Esta era una duda para hacerlo en mi actual trabajo. Por norma nadie tiene un trabajo en remoto, existe la posibilidad de trabajar algún día en casa (dependiendo del proyecto) pero no de forma prioritaria como estoy yo en este momento. Por ello me surgía la duda de si el resto de compañeros me mirarían mal o creerían que me estaban dando un privilegio especial. Todo lo contrario, al final todo es más natural de lo que parece, todos saben mi situación y el que habla es mi trabajo. Incluso si algún día existe la necesidad de ir por la oficina me consultan mi disponibilidad y me avisan con el tiempo suficiente. Si mis resultados son buenos ni a mis compañeros ni a mis jefes les importa desde donde lo estoy haciendo.

¡Ojo, cuidado!

Existen verdaderos peligros cuando trabajamos en remoto, pero al contrario de lo que se pueda pensar no es no trabajar si no trabajar demasiado. Esto puede pasar por una serie de circunstancia que he ido viendo en este tiempo.

  • Crea una rutina. Todo el mundo piensa que trabajar en casa es equivalente a sentarse frente al ordenador en pijama mientras te quitas las legañas recién levantado. A alguien le funcionará esto, pero yo no lo recomiendo. Lo importante es crearse una rutina, levantarte, ducharte, vestirte, desayunar y ponerte a trabajar como si fueras a la oficina. Intentar hacerlo siempre en el mismo horario también ayudará ya que puedes correr el riesgo de estar todo el día trabajando, es decir, no delimitar ni cuando empiezas ni cuando acabas puede llevarte a ponerte a las 8 de la mañana y terminar a las 10 de la noche, quizás no de forma continuada. Yo también necesito tener mucha más organización que estando en la oficina, tener claras mis tareas y las horas de trabajo para no hacer ni más (te terminarás quemando) ni menos.
  • Cuidado con aislarnos demasiado. El estar trabajando solo te puede llevar a aislarte y eso te termina encaminando a, de nuevo, trabajar demasiado, no hablar con nadie y quemarte. Es importante tener comunicación con tu equipo, y no solo para hablar de trabajo si no para tener alguna conversación superflua. También es necesario tener relaciones personales con amigos o familia. En este punto lo tengo fácil, tengo un hijo que tiene mil historias que contarme, así que tengo bastante cubierto el no aislarme nunca.
  • Equilibrio entre trabajo y vida. Tiene mucha relación con los dos puntos anteriores, hay que saber tener un equilibrio entre tu lado profesional y personal. Si lo mezclas demasiado terminas perjudicando tu trabajo y tu vida personal. El apunte de vestirte y no trabajar en pijama para mi es muy importante. Puede ser que un día no salga en todo el día de casa por cualquier razón, pero estoy vestido con mi “ropa de trabajo” mientras dure mi jornada laboral, y me cambio (o bien me pongo el pijama o algo más cómodo) cuando termino. Lo mismo cuando estoy haciendo algo personal o de ocio con el ordenador, dicen que lo ideal es separar incluso el equipo, es decir, usar el macbook para trabajar y el iPad para ver webs o mirar cosas ajenas al trabajo. Hay muchos trucos y a cada uno les servirá uno diferente, pero es importante tener esto en cuenta.
  • Elige bien tu lugar de trabajo. Ya que tú eliges donde trabajas, hazlo bien. Vas a pasar muchas horas sentado, píllate una buena silla que se adapte a tu cuerpo, una mesa a tu altura y un buen monitor. Puedes estar cómodo y crearte tu ambiente. Hay gente que como mejor trabaja es con total silencio, otros con música e incluso hay gente que con la tele de fondo. Estás solo, no molestarás a nadie, elige la opción que más te guste. Incluso si tu casa no está preparada o no estás cómodo te puedes buscar un lugar cerca de donde vives, un co-working o cualquier sitio con conexión a internet donde te sientas bien.
  • Debes de estar siempre motivado. Alguna vez que he trabajado en remoto me he distraído mucho y lo he achacado a lo que hemos visto antes, en casa hay muchas distracciones. De vuelta a la oficina veía que me distraía igual y quizás el problema no era dónde trabajaba, si no cual era mi trabajo. No estaba motivado con ese proyecto, no estaba bien gestionado ni organizado y veía las tareas que tenía que hacer un sin sentido. Es importante estar motivado siempre y más en remoto, así que si te pasa eso o bien consigue cambiar lo que falla del proyecto o, si es imposible, cambia de proyecto.
  • Que hable tu trabajo. Uno de los miedos que se tiene al estar en casa (sobre todo cuando el resto del equipo está en la oficina) es que no se valore tu trabajo y eso te impida avanzar y mejorar dentro de la estructura de la empresa. No tengáis miedo a ello, que hable tu trabajo, si es bueno se te valorará. Hay que ser muy proactivo para que nadie se olvide que tú estás en el equipo y conseguir que solo mirando tu trabajo la gente ya te tengan muy presente.
  • Vigila esos kilos. Precisamente esto me está pasando. Yo pensaba que iba a disponer de más tiempo para poder hacer ejercicio y comer mejor. Es algo que tengo que cambiar ya que no lo he conseguido, he terminado no sacando tiempo para estas dos tareas y no sabiendo gestionar el tiempo para que entren en mi día a día. Cuando vas a la oficina al menos te tienes que mover un poco pero estando en casa el movimiento de tu cuerpo tiende a cero. Hay que esforzarse más, sal a andar o correr, apúntate al gimnasio o queda para jugar algún partidito. Y dedícale tiempo a cocinar, tu cuerpo te lo agradecerá.

Creo que saber trabajar en remoto es muy útil incluso si no trabajas así, intentar limitar las reuniones, tener una mejor comunicación y organización y ser capaz de trabajar de forma asíncrona teniendo la menor dependencia posible con tus compañeros. Tengo la intención de crearme un “manual de estilo” para llevar las mejores prácticas de esta forma de trabajar y compartirlo con mis compañeros y de paso compartirlo por aquí por si a alguien le sirve de utilidad.

P.D.: Escribiendo este texto me encuentro con un artículo de una empresa española, Devsdna, que trabaja en remoto y que comparte su experiencia trabajando en remoto durante 3 años, donde destaca dos cosas que he querido reflejar yo también aquí: confianza y felicidad.